Algarrobo sabroso y vinoso

¿Algarrobo por el día? Sí. ¿Algarrobo por el fin de semana? Claro.

¿Algarrobo familiar, de mesa larga y sobremesa? Sí.

¿Algarrobo de quincho, patio y parrilla? Sí.

¿Algarrobo de huerta, conejo, locos y vino? Yes!

¿Algarrobo de helados artesanales y torta de palmera con manjar casero? Oh, sí.

Algarrobo, a solo 1:30 hrs. de Santiago o desde Viña del Mar, tiene buenas respuestas para toooodas aquellas peticiones de comida sabrosa, casera, familiar, orgánica y, por si fuera poco, patrimonial, que se les puedan antojar. ¿Se lo imaginaban? Probablemente se habían quedado pegados en la (ok, infaltable) palmera de playa, la empanada frita y no mucho más. Pero ese desaliento lo voy a solucionar de inmediato gracias a 2 joyitas gastronómicas que tienen que marcar en sus agendas ahora mismo: Macerado (Algarrobo) y Viña Tinta Tinto.

Macerado es, simplemente, perfecto.

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Macerado, ese restaurante imperdible atendido por la familia Donoso en Casablanca, nunca me ha decepcionado. No solo eso, si no que, al haberlo recomendado a amigos que me pedían datos, se transformó también para ellos en un vecino confiable y sabroso a la hora de almorzar o cenar. Y ahora que Macerado está celebrando 10 años y sigue siendo un restaurante familiar, me encanta saber que no se duerme en los laureles y que a principios de este año abrió una nueva casa en Algarrobo. O sea que, tras 10 años, tenemos 3 Macerados: Casablanca, Viña Mar (dentro de la viña en ruta 68) y Algarrobo.

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En Algarrobo la cocina no decepciona ni decae. Es fácil escribirlo, lo sé, pero créanme que se come bien y feliz en Macerado, siempre. Yo no se cómo lo hacen pero logran equilibrar sabores de una forma que parece simple (es un pescado al vapor o grillado, qué tanto, dirá alguien) pero a uno en la casa no le queda igual. Y es que, en un mismo bocado, te transmite técnica y, mejor aún, respeto y cariño. De otra forma no se explican los sabores tranquilos que te trae a la boca un pescado como el lenguado o la bilagay que el buzo Roby les trajo fresco en la mañana; o el dulzor de las zanahorias y el picor de unos rabanitos que ellos mismos sacaron de su huerta hace unos minutos. Por más que ustedes vean en glamoroso despliegue hojitas, brotes y hasta pétalos de flor frescos en cada plato, no hay tanto artificio y el sabor no se pierde porque el producto, – ese que Gonzalo Donoso, su familia y chefs como Carlos Mardones, defienden y cuidan tanto -, no se pierde de ruta jamás. Así es que en la nueva casa que abrieron en una calle residencial de la parte «antigua» de Algarrobo, Macerado mantiene esa fidelidad con los productos emblemáticos de la zona como el conejo, el arrollado de Don Lolo, el guachalomo curado, el costillar picante, los pejerreyes, picorocos, erizos, pulpo, lengua, huevos de campo, queso de cabra y una huerta propia que les provee de hojas verdes y hortalizas frescas todo el año y a la vista de niños que abren los ojos ante tanta novedad (panorama infantil garantizado y sin pantallas).

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Es hermoso lo que pasa en la cocina de Algarrobo

Cuando en Macerado te comes una discada de conejo (es la foto superior), y a su lado brilla de rojo y carmín una copa de syrah de TintaTinto, quieres abrazar a todo el mundo de felicidad. La mesa se achica, la sonrisa se amplifica. Soy apasionada, lo sé.

Pero así de hermoso es lo que está pasando en Algarrobo y no lo podemos perder. Hace 10 años, esa escena era inimaginable. Ni siquiera sabíamos que habían vinos posibles de hacer en Algarrobo, si bien ya eran conocidos los de Casablanca. Y que el 2017 podamos ir a un restaurante en Algarrobo, que no está a orilla de playa para engatusar a paseantes hambrientos, que valore los productos locales en un casi rescate que viene de la cocina misma de los padres de Gonzalo Donoso; y que la copa contenga un vino que hizo un enólogo que se aburrió de la producción en serie y del papeleo administrativo de un reputado puesto en Viña Indómita, para reconectarse con la tierra y sus ciclos, en fin, qué les digo…es que algo muy hermoso está sucediendo en Chile. Y no es Santiago, es en provincia. Es en Algarrobo.

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Macerado Restaurante

Calle Las Tinajas #2678. Algarrobo.

Reservas: algarrobo@macerado.cl / Horario: Desde mediodía. Todos los días.

Celular:  +56 9 5869 7542

Viña Tinta Tinto en 2 horas

Tinta Tinto

El día en Algarrobo puede comenzar o terminar con una visita a la casa de Roberto Carrancá y Javiera Fuentes, un matrimonio de enólogo y artista que hace 7 años decidieron hacer su propio vino: TintaTinto. Se trata de un vino realmente hecho a mano, sin ninguna máquina enchufada desde la vinificación hasta las etiquetas pintadas una a una.

TintaTinto está a menos de 2 calles del Macerado y yo les recomiendo ir caminando…estirando las piernas, como se dice. Las visitas se coordinan previamente y aunque sea invierno o primavera, y no haya uva en producción, es un lujo el solo hecho de que el mismo Roberto te reciba y explique cómo se hace el vino. Un proceso lento, de emoción, aprendizaje y crecimiento a partir de las 682 botellas que marcaron su primera producción.  La visita incluye una cata de sus 3 vinos (cabernet sauvignon, pinot noir y syrah), y un aperitivo casero en base a pan hecho en casa, prosciutto y hasta la ricotta que hace Javiera.

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Dirección: Viña Tinta Tinto – Calle Las Tinajas #2558. Algarrobo.

Visitas siempre previa cita: vinostintatinto@gmail.com

Precios de venta en la casa: Desde $10.000.- y Pinot Noir: $14.000.-

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¿Qué se come en Algarrobo?

A medio camino entre el océano pacífico y las laderas tranquilas del secano que adorna la cordillera de la costa, la ciudad – balneario de Algarrobo ocupa un lugar privilegiado para comer con diversidad, naturalidad y frescura. En la costa reinan pescados de roca, lenguados, pejerreyes, mariscos tan chilenos como picorocos, locos, almejas y erizos junto al buen queso de cabra, conejo, pato, cordero y lo que usted quiera. Hasta buenos sorrentinos y pastas salen de estos lares.

 

 

 

¿Y si combinamos comida con vinos? Tome copa…

Siempre me preguntan por el «maridaje», entonces hablando de restaurante y de una viña, esta vez tenía que proponer algo. Aquí va una sugerencia. Usted es libre de explorar otras opciones.

  • Conejo en disco (que además de conejo lleva mariscos): con syrah y pinot noir de Tinta Tinto, por favor.
  • Un ceviche, unos locos en salsa verde o cualquier marisco de estación fresco: Con chardonnay de viña Catrala (en el camino Lo Orozco).
  • Arrollado de Don Lolo de Casablanca: con Syrah Tinta Tinto, porque sí.
  • Torta de palmera con crema de vainilla: con algún vino blanco seco – ácido como Riesling de Sierras de Bellavista (pequeña viña de la VI Región); un Merlot o un Viña Mar Rosé Viña Mar web

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